Yuujirou y Rui han estado saliendo durante aproximadamente un año, y no podrían estar más felices. Sí, su tiempo en la escuela secundaria se está acercando a su fin, y sí, ninguno de los dos ha reunido el coraje para hablar con sus padres todavía. Pero tampoco dudan de que van a estar bien... hasta que Yuujirou descubre lo que Rui no le ha estado diciendo: no planea ir a la universidad en Japón. ¿Es este el final de su relación?

Dado que el primer volumen tuvo lugar en la escuela secundaria, esto significa que Atsuko Yusen tiene una manera fácil incorporada de lanzar un obstáculo en su camino: la universidad. Con la graduación que se avecina, Rui y Yuujirou tienen que reconciliar sus sueños profesionales individuales con su deseo mutuo de permanecer juntos, y esto le da a Rui una oportunidad muy necesaria para demostrar que es más que solo el dulce chico que sigue el ejemplo de Yuujirou. La historia comienza a jugar con ideas de masculinidad, tanto en un sentido performativo como algo un poco más arraigado en el sentido del yo de Rui. Afortunadamente, no tiene nada que ver con el contenido más atrevido del libro: habría sido fácil (aunque incorrecto) vincular todo lo de "arriba e abajo" a la percepción de Rui de sí mismo como un hombre tan grande como Yuujirou, pero su vida sexual nunca se incluye en la ecuación como nada más que una expresión de sus sentimientos mutuos. En cambio, se trata de que Rui tenga los medios para no tomar la salida fácil de las cosas: podría haber elegido fácilmente a Yuujirou en lugar de la educación de sus sueños, pero eso habría sido "elegir" en lugar de tomar una decisión real y difícil. Es importante para él que sea financieramente capaz de ayudar a apoyar a Yuujirou al igual que Yuujirou quiere apoyarlo: no quiere ser dependiente, sino un socio igualitario. Esto sale a relucir en el fraseo mucho más estereotípicamente masculino del manga; Rui expresa su hombría performativa diciendo que quiere "apoyar" a su novio, pero podemos leer esto como enmarcando su relación como si no estuviera en relación con nada ni con nadie más que con ellos mismos, en lugar de que uno de ellos sea visto como más femenino que el otro.

Esto es doblemente importante porque Yuujirou, acostumbrado a pensar en sí mismo como la figura más varonil, ya está planeando su felicidad doméstica posterior a la escuela secundaria. Siempre ha estado allí para Rui, y ve sus vidas adultas como simplemente una extensión de lo que han hecho hasta ahora: se mudarán a una prefectura con asociaciones de derecho consuetudinario, completarán el papeleo y seguirán como lo han hecho antes. Ni siquiera considera que Rui podría tener otros planes, y cuando se entera, le duele que, en esencia, Rui tenga un objetivo diferente al que él tiene. Que Rui quiera obtener ese certificado de asociación más tarde, después de que tengan carreras, no se registra con Yuujirou; en cambio, simplemente lo ve como una traición, y de alguna manera eso muestra cuánto más maduro es Rui a pesar de que Yuujirou es el que piensa en su futuro doméstico.

En pocas palabras, ambos tienen que crecer. Para Rui eso significa hablar, y para Yuujirou significa aceptar que las cosas no siempre saldrán como él planea, y esas son dos cosas muy difíciles de hacer. Golpea especialmente duro porque hasta que Rui dice algo, su historia ha sido felizmente feliz: están con dos de sus amigos y básicamente viviendo el sueño de la novela romántica. Pero Yusen parece querer que aprendan que una relación exitosa a largo plazo significa que habrá algunos baches en el camino en el camino, y que la verdadera prueba de su romance será qué tan bien se las arreglan para navegarlos. Parte de eso, por supuesto, también está llegando a sus padres, lo que se maneja bastante bien, y la revelación de que el hermano mayor de Yuujirou, Yuichiro, lo ha sabido todo el tiempo y está perfectamente feliz por ellos es un toque muy agradable. En última instancia, todos solo quieren que todos los demás sean felices; el propósito del libro es llevarlos al lugar donde pueden estar.

Dekoboko Bittersweet Days es una exitosa continuación de Dekoboko Sugar Days. Equilibra lo amargo con lo dulce, lidiando con las inseguridades de ambos protagonistas y los pone en un camino mucho más firme hacia la felicidad, y el capítulo sobre Umino y Takenaka es una adición muy encantadora al volumen, incluso si no eliges leer su relación como romántica. No pensé que fuera posible seguir tan bien el primer libro. Me alegro de que se demuestre que estoy equivocado.